Entre las frases para el recuerdo de Confucio, queda aquella de “si sirves a la Naturaleza, ella te servirá a ti”. En unos días se celebra el Día Mundial del Agua. Desde 1993 conmemoramos todos los 22 de marzo el Día del Agua. Además de para asistir a conferencias y eventos varios, debería servirnos para pensar en la importancia de los recursos naturales, ser conscientes de que son finitos y agotables, así como la importancia de proceder a una transición económica.
Es momento de replantear nuestro modelo económico lineal donde compramos, utilizamos y desechamos constantemente hacia una economía circular basada en el reciclaje y la reutilización.
El objetivo pasa por encaminarnos hacia una economía circular, ambiciosa, completamente sostenible y en la que consigamos convertir los residuos nuevamente en materia prima.
Entre las medidas a tomar, que implican pequeños gestos con los que alcanzar grandes objetivos, está la reducción del desperdicio alimentario. El despilfarro en alimentos, ya sea doméstico, de empresas productoras de alimentos o de restauración y distribución, supone miles de kilos de alimentos. De ahí la importancia de incentivar a quienes son cuidadosos con los alimentos y sancionar a quienes no actúen así.
Otro aspecto capital vinculado a la importancia de la economía circular está en relación a la política del agua. Nuestra región necesita mejorar de manera considerable en política hídrica y aumentar el porcentaje de agua residual tratada y reutilizada, porque actualmente no supera el 9%. Puesto que todo empieza y acaba en el agua, iniciar la transición hacia una economía circular desde la perspectiva hídrica implica estar a la vanguardia de la sostenibilidad y, además, resulta inexcusable.
Noemi Otero
Secretaria de Organización Cs Segovia