NUESTRA FERIA

Algo se barruntaba en el ambiente, pero nadie podía esperar que solo unos días después todos acabaríamos confinados en casa por el periodo más largo de nuestras vidas. Aunque en los corrillos había comentarios discretos sobre lo que se ha convertido en el gran problema de nuestra sociedad actual, la Feria se celebró llena de gente, charlas cercanas, saludos y abrazos. Los últimos abrazos y conversaciones en mucho tiempo para la inmensa mayoría.

Así concluyó la trigésimo sexta Feria de El Ángel de Fuentepelayo, como el último gran evento presencial de la provincia en 2020. Más de 110 expositores y 20.000 visitantes pasearon a lo largo y ancho de los 23.000 metros cuadrados totales destinados a la exposición de maquinaria agrícola y ganadera junto a una exposición multisectorial y un apartado exclusivo dedicado a la agroalimentación. Esta feria supone un reflejo fiel de la economía local de la zona, negocios que poco a poco van debilitándose y, en muchos casos, pende de un hilo su continuidad debido a la dura crisis que vivimos.

El primer fin de semana de marzo, como marca la tradición, la edición número treinta y siete de la Feria de El Ángel debería haber inaugurado el calendario ferial de la provincia el próximo viernes. Este año no será así, ante la imposibilidad de recuperar la normalidad. Si bien, todos vamos a pasar el fin de semana pensando cuántos oriundos y ajenos habrían visitado el pueblo.

Partiendo de la premisa de que las circunstancias mandan y, tanto la salud como la protección de los ciudadanos es lo primero, quizá habría sido recibido como un atisbo de esperanza para muchos la opción de desarrollar alguna solución imaginativa que pudiera paliar, en parte, los graves perjuicios económicos que va a suponer la ausencia de esta Feria para toda la comarca.

No puede despreciarse el impacto económico de esta muestra multisectorial -con más de dos siglos de historia – para Fuentepelayo y los pueblos vecinos. Máxime en un momento en que la digitalización se presenta como uno de los puntales del progreso y del avance económico y social, han sido distintos sectores los que en 2020 se aventuraron a desarrollar ferias telemáticas para mantener viva su esencia y su actividad.

Ejemplos de este nuevo formato son todos los que se celebran asiduamente desde hace meses en IFEMA, pero no solo en la capital, sino que así se desarrollaron en 2020 eventos como la Feria de Nerja o la Feria del Vino y la Aceituna de Almendralejo.

Sin duda, esta es la feria con mayor arraigo de todo el panorama provincial, pero no es la única que tiene lugar en Fuentepelayo a lo largo del año. Quién sabe si de cara a próximos eventos se optará por su celebración, adaptada a las nuevas circunstancias, de manera virtual o híbrida, lo que sin duda supondrá un acierto.

 

Noemí Otero Navares – Diputada de Empleo, Promoción Provincial y Sostenibilidad.