Mar de Pinares.

 

Acabamos de disfrutar del tradicional Día de las Chuletas, una jornada castiza para los cuellaranos. Hoy más que nunca, se convierte en obligatoria la necesidad de recordar la importancia de cuidar, limpiar, proteger y conservar nuestros pinares, porque es nuestro mayor patrimonio medioambiental. Los pinares son el alma más natural de esta tierra.

 

España cuenta con la segunda mayor masa forestal de Europa, tras Suecia, pero a nivel nacional –igual que ocurre en el ámbito local– se encuentra desaprovechada esta excepcional flora. A pesar de que los pinares en nuestra comarca suponen una considerable fuente de riqueza y empleo, Cuéllar no los está aprovechando como debiera. Recomiendo mirar hacia los vecinos montes de Valsaín, claro ejemplo de uso controlado, conservación y simbiosis entre intereses económicos y ecológicos. Este lugar se ha caracterizado de largo por la extracción de madera y por haber sido designado por la UNESCO como Reserva de la Biosfera.

 

Considero fundamental la importancia de poner en valor los recursos locales de que disponemos entre los que prima –como no podía ser de otro modo– la extensa masa forestal del Mar de Pinares y su explotación sostenible y controlada.

 

Si bien es cierto que este espacio –que abarca 1760,12km2  y recorre 72 núcleos de población– está siendo apreciado y empoderado por entidades y organismos supralocales, no ocurre lo mismo con la villa. Cuéllar, que lidera la comarca, también tiene la obligación de capitanear el cuidado y desarrollo económico-social de esta ingente cantidad de pinos.  Aplaudo la aparición de la distinción “Mar de Pinares” pero se hace imprescindible un plan estratégico transversal. Potenciemos nuestros pinares porque son naturaleza, cultura, economía y modo de vida. Aprovechando que el 22 de abril se celebra el Día de la Tierra, concluyo con una cita célebre “piensa globalmente, actúa localmente”