Que las redes sociales son el caldo de cultivo de la posverdad es algo sabido y suficientemente demostrado. En estos tiempos es menos importante intentar averiguar la verdad que imponer la confusión en el mensaje; ser el primero en compartir el libelo y, si se tercia, matar al mensajero. Quizá por eso, en los últimos días está habiendo numerosos comentarios en contra de la Mancomunidad Intermunicipal de los Ángeles de San Rafael (MILASR) y cuestionando mi persona por el simple motivo de haber publicado un post donde me congratulaba de que se hubiese terminado el culebrón y se sentasen las bases ¡por fin! del proyecto que unirá a los ayuntamientos de El Espinar y Vegas de Matute en un ente clarificador y ejecutivo que deberá echar a andar en breve. No es cuestionable porque la ley es la que manda y ya ha dictaminado. Ahora se trata de optimizar lo que tenemos, no de poner palos en las ruedas. Mirar hacia adelante con los recursos que tenemos.

No comprendo la cerrazón de algunas personas en entender lo obvio, pero aún menos en avivar el fuego de la hoguera del enfrentamiento con informaciones tan inexactas como interesadas. Por este motivo quiero exponer el porqué de mi apoyo a una Mancomunidad que ya no tiene marcha atrás porque El Espinar está obligado a recepcionar y prestar servicios por sentencia firme, guste o no, y que su creación es la única herramienta jurídica posible para la prestación de este servicio municipal, el suministro de agua. Y conviene recordar en este momento que todas las alegaciones presentadas fueron totalmente desestimadas y que algunos de los partidos políticos con representación municipal que ahora se quejan se lavaron las manos en su momento, lo que viene siendo hacerse un Pilatos.

Empiezo.

1- La Mancomunidad es una nueva entidad local que estará gobernada por una junta directiva compuesta por ediles de El Espinar y de Vegas de Matute, quienes deberán elegir entre ellos al presidente de la misma.

2- A los vecinos de la urbanización no les va a costar absolutamente nada su composición. Es síntoma de desconocimiento o de querer emponzoñar la situación divulgar noticias sobre un futuro sobrecoste de algo que todavía se desconoce. La Mancomunidad tiene vocación de servicio al ciudadano, no busca ningún otro interés.

3- El artículo 13 de los Estatutos regula como se va a financiar y en él se recogen las fórmulas del Real Decreto Legislativo 2/2004 de 5 de marzo, Ley Reguladora de las Haciendas Locales. Invito a su lectura. Sección tercera: Tasas; Sección Cuarta: Contribuciones Especiales; Sección Quinta: Impuestos y recargos. Subrayo que todas estas firmas de imposición, que son potestativas, deben ser reguladas mediante ordenanzas que NO han sido elaboradas ni aprobadas aún. Por eso me pregunto, ¿cómo se puede hablar de derramas si no es desde el más profundo desconocimiento de la legalidad o, lo que es más grave, un interés oscuro?

4- Cada ayuntamiento ha de consignar en sus presupuestos anuales los importes de financiación de la Mancomunidad, al igual que hace con otras partidas. La Mancomunidad no solo se ocupará de la gestión del agua, también tendrá la gestión de determinadas competencias en cuanto a planes e infraestructuras, para los cuales contará con medios económicos que deberán ser aportados por cada uno de los Ayuntamientos que la forman en su parte proporcional.

5- No existen las derramas en el ámbito municipal. ¿Acaso no conocen que eso es ilegal? La realidad es que un ayuntamiento no necesita mancomunarse para imponer contribuciones especiales, pero no es algo que resulte sencillo ya que debe ajustarse a una serie de requisitos muy rigurosos, después ser presentado a pleno y finalmente aprobado. Como ejemplo, en Vegas de Matute se consultó a los vecinos, que lo apoyaron por UNANIMIDAD, y así pusieron el alumbrado público en la fase 1 de la urbanización Montevegas. Este es un ejemplo positivo, pero hay muchos otros que tuvieron un efecto negativo en la ciudadanía y que fueron realizados en base al aumento de la tasa de basuras, el IBI, etc. Esto es algo que no aceptaré como ciudadano ni, si se diese el caso, como edil o representante municipal.

6- A día de hoy el agua está gestionada por una empresa privada (Aquona) cuyo acuerdo fue realizado con la empresa promotora de Asr. Así, la diferencia de precio por m3 es ostensiblemente más alta para los habitantes de LASR que para el resto del municipio. Con la entrada de la Mancomunidad es previsible que el precio se regularice a la baja porque ésta no tiene ánimo de lucro. Además, el beneficio obtenido, si lo hubiese, será reinvertido en la propia Mancomunidad

7- Gracias a la Mancomunidad podremos aprovechar el excedente de agua procedente de El Tejo, algo que ahora no se contempla.

8- La información publicada el 15 de febrero en El Adelantado de Segovia contiene un error en cuanto a que no existe conexión del núcleo con las redes municipales de ninguno de los dos Ayuntamientos. Desde 2008 existe un conducto que conecta El Tejo con la infraestructura de LASR, si bien es de microcemento y debe de ser renovado. La válvula de distribución está en una parcela propiedad de una de las empresas del promotor.

9- Actualmente mi participación en la política se circunscribe a ser coordinador de la agrupación local de Cs El Espinar. Las candidaturas no se han producido, pero sí he comunicado mi decisión de dar el paso y luchar por la alcaldía. Como ciudadano preocupado por el lugar en el que vivo creo que puedo aportar una visión nueva y optimista para El Espinar y para ello cuento con mi trayectoria profesional y personal. Poco o mucho bagaje, según se mire, pero suficiente para pedir un voto de confianza antes de ser lapidado.

Habiendo dejado clara mi opinión, mi respeto por todas las posturas frente a ella. Eso sí, me pregunto cuál será la verdadera razón de que mucha gente añore seguir con el sistema de una urbanización privada en manos de su promotor, que es quien presta los servicios e impone su voluntad. ¿Será esta la verdadera razón que los mueve? Ignorancia o interés espurio. A mí no se me ocurren más.

Jesús Gascón
Coordinador de Cs El Espinar