Tradicionalmente, la identidad cultural de las poblaciones ha venido representada por los museos, pero esta forma de dar a conocer un territorio no deja de ser pasiva y limitada. Pasiva porque esperan a ser visitados y limitada porque casi siempre se centran en exponer unos pocos bienes culturales simbólicos, sin ofrecer las innumerables dimensiones que realmente representan la identidad de un lugar y sus habitantes.

Esta descontextualización de los bienes culturales, hace que los museos pierdan su función de valorización del territorio, de sus costumbres y de sus gentes. Es por ello, que en la actualidad es fundamental que los museos salgan de sus cuatro paredes para convertirse en verdaderos activos que representen y promuevan la “esencia” de un pueblo; nacen así los Ecomuseos.

FUNCIONAMIENTO DE LOS ECOMUSEOS

Los Ecomuseos se proponen como una oportunidad para descubrir un territorio por medio de recorridos entre distintas “células ecomuseales” o puntos de interés cultural (histórico, natural, gastronómico, religioso, artístico, lúdico, etc.), realizando actividades culturales, didácticas y de investigación que cuentan con la implicación de la población y de las instituciones culturales. La comunidad y su identidad popular son las que hacen el Ecomuseo.

Por lo tanto, un Ecomuseo es un “museo abierto” y funciona como motor de desarrollo turístico, social y económico organizado de forma participativa. Para poder desarrollarse completamente, el Ecomuseo colabora con todas las entidades públicas y privadas que quieran aportar conocimientos, ideas y recursos. Las instituciones ponen a disposición los bienes culturales, las instalaciones y los recursos para su puesta en marcha; la población colabora con sus conocimientos y participando en las actividades que plantea el Ecomuseo y realizando sus propias propuestas. Recae entonces en el Ecomuseo la organización, coordinación y divulgación de las actividades de las distintas células ecomuseales.

Podemos por lo tanto definir el Ecomuseo como una institución sin ánimo de lucro que se adapta al territorio en el que se implanta. Se compone por distintas células de distinto tamaño, entidad y carácter que, como las células de un individuo, determinan su identidad. Eso permite que cada Ecomuseo sea único e irrepetible. Las células son autónomas en sus decisiones y participan de forma dinámica en el crecimiento de la red y por ende, del Ecomuseo.

BENEFICIOS QUE LOS ECOMUSEOS APORTAN AL TERRITORIO

Un ecomuseo se ofrece como una oportunidad para ampliar la oferta turística de un territorio, fomentar la participación ciudadana, la cohesión social y conservar su patrimonio histórico, cultural y natural.

Los Ecomuseos son un excelente ejemplo de participación ciudadana efectiva. Al proponer y participar en actividades, los ciudadanos pueden encontrarse reflejados en su cultura, historia y tradición. Tienen la ocasión de volver a descubrir tradiciones olvidadas y lugares de interés no explotados turísticamente, para que puedan apreciarlos y quieran conservarlos y valorizarlos.  De este modo la ciudad obtiene una alta rentabilidad social para los vecinos y un buen servicio al turista.

Al ofrecer una amplia gama de oportunidades culturales integradas se potencia el atractivo turístico del territorio, además favorece la permanencia del turista en el territorio durante más tiempo, lo que supone una mejora en el ámbito económico.

Los Ecomuseos además permiten orientar el turismo hacia formas sostenibles, garantizando un servicio de calidad y hospitalidad que respeta las tradiciones de la población local y el medio ambiente.

Destacar también que la suma de sinergias y potencialidades del Ecomuseo beneficia a la población con la generación de empleo, mejora de la economía local y su competitividad global.

Los Ecomuseos se encuentran distribuidos por toda Europa y por su elevado interés social, cultural y medioambiental, son susceptibles de recibir financiación de multitud de organismos, entidades, obras sociales e instituciones públicas. Entre las instituciones públicas que destinan fondos a estos proyectos están las Diputaciones por su implicación territorial, los fondos regionales (PAHIS, Proyecto Cultural), nacionales (Planes nacionales del instituto de patrimonio cultural del Ministerio de Cultura) y europeos (CULTUNET y FEDER).

Y en último lugar, es una forma de poder lograr un hermanamiento entre ciudades españolas y europeas que cuentan con Ecomuseos, como vía de desarrollo de los individuos y mejora de la sociedad en su conjunto.

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PROPUESTA PARA EL TERRITORIO

Segovia, como ciudad y provincia, posee un patrimonio cultural y natural importante, variado y único. Este hecho queda demostrado con la denominación de ciudad Patrimonio de la Humanidad, la presencia de un Parque Nacional y una Reserva de la Biosfera, entre otras figuras reconocidas.

Muy pocas veces se ha visto en el mundo un lugar de semejante belleza, un centro histórico con muchas potencialidades y encantadores paseos con los que el turista puede apreciar sus monumentos, su historia y arquitectura. Un territorio histórico donde respirar el aire fresco de la senda verde del río Eresma, del Pinarillo, su necrópolis judía y sus miradores a la ciudad vieja, hasta el Alcázar y la Catedral. Además cuenta con pueblos de singular belleza y tradiciones, productos artesanales, palacios, maestros asadores, bodegas, queserías, talleres, ferias y un sinfín de suma y sigue. Sin duda, un territorio de inestimable valor turístico-cultural donde la propuesta de la institución de un Ecomuseo está más que justificada y su viabilidad y beneficios garantizados.

 

Elisa Chiarati

Dra Universidad Valladolid